lunes, 11 de abril de 2011

Las personas del transporte público

Las personas en el transporte público hacen lo que quieren mientras la ley lo permita, aunque los hay que fuman, los hay que beben demasiado o que ensucian sin miramientos y los hay que reúnen estas tres características. También existe aquel tipo de persona que se hurga la nariz, cuyos actos todavía no se penalizan, aquel que introduce el dedo índice por el orificio mucoso y se soba las fosas nasales. Los individuos de esta índole se dividen en dos subcategorías, aquellos que después de amasar el moco con el pulgar y el índice lo arrojan o lo pegan con disimulo donde pillen —por lo que podrían incluirse asimismo dentro de la especie que ensucia sin miramientos— y luego están los que se meten esa bolita pegajosa en la boca y la engullen.

Me divierte ser espectador en el tren o en el metro, pero, a veces, prefiero caminar porque me da mucho miedo convertirme sin darme cuenta en una persona del transporte público.