X: Esta noche tengo frío y nostalgia. Y tú no estás aquí para curarme ninguna de las dos cosas.
Y: Pues yo además de eso, sufro de insomnio.
X: Es evidente que yo tampoco puedo dormir. Pienso a deshoras.
Y: Cállate, no lo digas tan alto.
X: Si no gritase no me oirías. Estás demasiado lejos como para que te llegue el sonido.
Y: Es que no quiero que me llegue, porque entonces además de padecer insomnio, nostalgia y frío, me quedaré sin oído y lo único que escucharé sería tu voz retumbando en mi cabeza.
X: Pues cállate tú. No me respondas, acaba con esta conversación y yo no intentaré empezar otra ni hacer ningún soliloquio.
(Silencio y fundido en negro)
FIN DEL PRIMER Y ÚLTIMO ACTO