jueves, 17 de octubre de 2013

Burrasc Bitumé

Respondía al nombre de Burrasc y habían dado en apellidarlo Bitumé. Burrasc Bitumé, apenas pude conocerlo y quizá por eso nunca llegué a olvidarme de él. Burrasc Bitumé, conspicuo poeta contemporáneo de casi cualquier período histórico, su obra había sido traducida a treinta y dos lenguas distintas y publicada en más de cuarenta países. Cuando Vitum Zurrasqué, doctorando de la Universidad de Buenos Aires, decidió incluir en su tesis sobre poesía nómada a Burrasc Bitumé se dio de bruces contra un obstáculo insondable: no existían originales de los poemas del misterioso autor mediterráneo. Había traducciones a todas las lenguas romances y germánicas, también al chino y al japonés, incluso algunas versiones al esloveno y al armenio, pero ninguna de ellas remitía a una lengua meta. Burrasc Bitumé, conspicuo poeta y encumbrado traductor de sí mismo, pasó a la historia por no tener historia. Recuerdo con todo detalle lo mucho que no lo conozco.