lunes, 31 de mayo de 2010
Las puertas hablan
jueves, 27 de mayo de 2010
Buenas noches
Hoy no dormirás para no despertarte. Despertarse es el peor momento del día, la rutina más tediosa, lo que te recuerda que todas las mañanas de tu miserable vida tendrás que abrir los ojos y que cada maldita noche tendrás que cerrarlos. Despertarse no es más que la consumación del círculo, que coincide a su vez con el inicio. El jodido círculo que tiraniza. El Círculo en mayúsculas que nunca se acaba, el que empieza en una calle, termina en la misma y va avanzando en una única dirección, girando sobre una eterna conversación monotemática. Hoy no dormirás y te quedarás leyendo a oscuras, gimiendo con Henry Miller: onanismo y literatura como únicas vías de escape. Cuando te quemes los ojos y la entrepierna matarás el tiempo contando cada uno de los lunares cancerígenos que pululan como ratas a lo largo y ancho de tu cuerpo. Estás enfermo, o enferma. Yo qué sé, no tienes sexo y te mueres. Hoy no dormirás para no despertarte. O a lo mejor duermes —para no despertarte—. En cualquier caso, buenas noches, engendro.
sábado, 22 de mayo de 2010
Mi estufa
Siempre he sabido el día exacto en el que el invierno llega porque la estufa implora que la encienda. Es una estufa de pared, un mamotreto, una antigualla, pero aun así, me prendí de ella y la amo. La amo en diciembre, enero, febrero, marzo, incluso en abril. Durante los meses en los que florece nuestro amor, la habitación se convierte en un campo de batalla, nuestra guerra, nuestro cuerpo a cuerpo, mi espalda y su barriga abrasadora. Entro en casa con el cuerpo frío y púrpura como un batido de moras, franqueo el pasillo y luego la puerta: allí está ella, apuntándome con unos resquicios que despiden un calor demasiado sugestivo para resistirse. Me rindo y dejo que me derrita, que me funda, que me transforme en magma y sea yo también un venenoso foco de calor. Ella no me pide nada más que mi compañía. Yo la acompaño, pero un día sucede que me canso, le quito la respiración y la abandono. El invierno es un romance entre un cuerpo y una estufa hasta que la primavera los separe.