¿Y qué esperas? Uno espera que ocurra algo mejor, que no
ocurra nada peor, que no ocurra nada. Cuando uno espera tanto, tanto tiempo,
tantas cosas, olvida qué esperaba. Ya ni siquiera sabe si está esperando o no, pues
no se puede esperar sin objeto. Uno siempre espera algo, aunque sea el autobús.
Espera terminar ese libro, esa película, ese cuadro; espera que el cigarrillo
se consuma por completo. Sin embargo, ya ni siquiera escribe, ni rueda, ni
pinta, ni fuma. Ha alcanzado un estado de espera absoluta en el que lo único
que pretende es no dejar de esperar nunca para no pensar en la muerte; aunque,
en realidad, entre esa espera y una partida de defunción la diferencia solo sea
de orden burocrático.
1 comentario:
Por si tiene algo que ver, por si esperamos lo mismo, por si va siendo hora de desesperarse:
La suerte de esperar
Un saludo.
Publicar un comentario