martes, 17 de febrero de 2009

Nada

No puedo hacer nada salvo escribir que no puedo. Tú me perturbas y ahora miro embobada al infinito creyendo ver tus manos en una canción que me sé de memoria. Cuento las notas que me quedan para llegar hasta ti, pero al final acabo componiendo una melodía con silencios prolongados que enseguida te encargas de romper. Eres la gota que me hace ver el vaso medio lleno y por eso me ahogo, me ahogas en mi optimismo. Desde que me clavaste esos ojos oscuros lo veo todo negro. No existe otro color. Hay azules que parecen verdes, rojos anaranjados, incluso grises blanquecinos; pero el negro siempre es negro. Ahora es más intenso que nunca, un negro abismal que te absorbe y te ciega. Ya no veo, ni oigo, ni como. Sólo me quedan unas manos, que escriben lo desgraciadamente feliz que me haces cuando no me dejas hacer, porque ahora no hago nada salvo escribirte que no hago.

2 comentarios:

Mario Pina dijo...

Me has recordado a la canción que rezaba aquello de: "I see a red door and I want it painted black...". Espero que, al menos, no sea por el mismo motivo.

Eso sí, que nada tan oscuro como unos ojos te impida escribir. Porque los papeles son blancos... hasta que se ensucian con las letras.

Un abrazo, a ver si hablamos un día que ya hace mucho que nadie te raya con preguntas extrañas.

PD: Dile a tu amigo El hombre sin sombra que le he estado leyendo alguna cosilla y el chico promete, me ha gustado.

PurplePig dijo...

=) Que bonito~*

PD: Anda, Ray cosecha fans :P