lunes, 23 de noviembre de 2009

Carencia de abundancia

Me falta algo. No es que me lo haya dejado olvidado. Me acuerdo perfectamente, ¿cómo no me voy a acordar si llevo dándole vueltas durante todo el día? Me falta algo y no puedo irme a dormir si no lo encuentro. Es una especie de recado, no una obligación, más bien, una tarea pendiente que me mantendrá en vela hasta que la lleve a cabo. Lo siento, no quiero molestarte, pero no se me ocurre otra cosa para combatir el insomnio. Además, esto no va dirigido a ti, es un grito de socorro para Morfeo. Me falta algo, y lo peor, sé lo que es. Y aún consciente de ello, no puedo. Me siento incapaz de caminar cuando se trata de esa dirección. Entonces me escondo, en una burbuja de la que paso a formar parte cada vez que huyo. Luego, una vez burbuja, yo misma voy absorbiéndome poco a poco. Intento beberme toda el agua que ahora constituyo, porque, a pesar de todo, no quiero ahogarme. Quizá resulte paradójico, me convierto en burbuja esperando que me exploten, porque esas paredes de gas oprimen más que una camisa de fuerza. A lo mejor sólo lo hago para matar el tiempo hasta que ese algo que ahora me falta me sobre. ¿A ti no te pasa? Seguro que sí. Llámame farsante. Considérame un fraude si no es verdad que tú tampoco puedes pegar ojo.

1 comentario:

Yeray García dijo...

Te comprendo perfectamente. A todos nos falta algo. A veces, estar lleno resulta tan vacío...

P.D.: Felices fiestas!