domingo, 18 de abril de 2010

No soy cojo

Me duele el pie que no tengo. Precisamente me duele por eso, porque me lo acaban de amputar y siento una punzada insoportable donde se acaba la espinilla, en el hueco entre el suelo y mi pierna, donde debería estar el pie que ya no está. Me duele tanto que preferiría que me amputaran también el otro para repartir el sufrimiento de la ausencia.

Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo. Por eso, antes de terminar la segunda frase ya os habréis dado cuenta de que en realidad, no es el pié derecho lo que me falta sino el resto del cuerpo. No soy cojo, soy todo lo contrario y además mentiroso. No es de extrañar que mi cuerpo me abandonara, que él mismo se mutilara y me dejara solo con la parte más débil y fea: el pie derecho lleno de llagas y fácil de pisotear. No soy cojo, soy un pie sin cuerpo agonizando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por tu blog, Alba! Lo conocí a través del de Luna...

He estado leyendo varios de tus artículos y, para 'no ser escritora' no se te da nada mal. Me gustan tus 'delirios', me gusta tu estilo.

Te seguiré de cerca.

Un saludo!