lunes, 5 de abril de 2010

Pelusas


Hola, soy la pelusa que se esconde debajo de tu cama y no quiere salir. Retengo a cualquier otra mota de polvo que se asome por aquí. Al principio estaba sola, pero al cabo de unos días este rincón se convirtió en un pequeño orfanato de pelusas. Constituimos una familia que, en menos de un mes, ya cuenta con un gigantesco árbol genealógico. La principal diferencia entre las familias que residen debajo de la cama y las que llevan su vida en la parte de arriba es el movimiento. Mientras desde abajo observamos hordas de pies que deambulan de un lado a otro, que corren, bailan y saltan, nosotras no tenemos el más mínimo interés en desplazarnos, ni siquiera dentro del espacio delimitado por el somier. Es más, nos esforzamos por incrustarnos al suelo. Intentamos por todos los medios pegarnos a la superficie de tal manera que pasemos a formar parte de ella. Qué bella fusión. Envidiamos en secreto a las manchas, especialmente a las de debajo de la cama. Su esperanza de vida es un 60% más alta que la nuestra. A menudo, cuando cambiáis las sábanas, hacéis temblar las patas de la cama. Todas expectantes alzamos la vista suplicando que la pata se eleve y al caer nos aplaste. Si esto ocurre no morimos, sólo abandonamos nuestra condición de pelusas. Se trata del estado más a parecido a una mancha al que podemos aspirar. Aún así, sabemos que no tardaremos mucho en morir. He oído que alguna vez las pelusas de debajo de la cama aliadas con las manchas y las migas de pan han conseguido expandir su área de influencia hasta niveles impensables, y juntas han logrado deshacerse de la presencia amenazante de los de arriba. Pero puede que no sea más que un rumor. Además, creo que voy a callarme ahora mismo. El cepillo y la fregona descansan a una pared de distancia. Nunca podrás imaginar cuánto temo que me escuchen

2 comentarios:

Albert dijo...

Bonita idea, buen texto, hermosa voz.

Alguna vez te contaré la teoría que tenía mi abuela acerca del origen de las pelusas que se crían bajo la cama.

Saludos, Alba.

Lola Arques dijo...

Original, buen estilo. Narra sentimientos. Adelante. Sigue escribiendo.
Ginés